Muchas veces tendemos a pensar que Occidente está a la cabeza del mundo tecnológico y que, más allá de Japón y, en alguna cosilla, de Corea y Taiwan, en Asia siempre irán a remolque. En concreto, me da en la nariz que la percepción general sobre la tecnología China es la que nos hacemos a partir de sus teléfonos móviles: la mayoría son peores que aquí, en muchos casos imitaciones de éxitos occidentales, y que son más baratos. Sin embargo esa percepción es muy parcial y errónea. Con todos ustedes, la economía digital de China, que en varios aspectos va por delante de la Occidental. Pasen y vean, se sorprenderán.
Para empezar, China es hoy uno de los mayores inversores mundiales en tecnología digital y, lo que es más importante, uno de los países que mayores tasas de adopción y uso de estas tecnologías está teniendo. Tres grandes y agresivas compañías están liderando este proceso, tal vez les suenen: Baidu, Alibaba y Tencent, conocidas también en grupo por sus tres iniciales juntas, BAT. Las tres están desarrollando ecosistemas propios de enormes proporciones que está transformando la economía china tal y como se ha conocido hasta hace unos años, y también están enseñando los pasos por donde puede ir el futuro en el resto del mundo.
Toda esta aventura digital se está dando en el país más poblado del mundo, con lo que eso supone de ventaja en la era del big data, en donde cada dato recolectado vale su peso en conclusiones derivadas (el ‘oro’ digital). Pero además, esta transformación se está edificando no sólo sobre más de mil millones de individuos, sino sobre una pirámide demográfica joven, en buena parte nativa digital (282 millones, 13 puntos más que Estados Unidos y 8 más que la UE) dispuesta a probar y a seguir los caminos que abre la tecnología, y activa usuaria del internet móvil (695 millones de usuarios, casi tres veces más que Estados Unidos y el doble que la UE). De ahí que los pagos digitales en China (790 billones de dólares en 2016) multipliquen por 11 los realizados en Estados Unidos. Las estadísticas son elocuentes.
El potencial chino es enorme, debido fundamentalmente a tres razones: primero, el rápido y joven mercado está permitiendo una rápida comercialización en los negocios digitales, y a una gran escala; segundo, las tres grandes compañías BAT están levantando unos ricos ecosistemas digitales que además están generando nuevos desarrollos tras ellas, y en tercer lugar el gobierno chino no sólo está permitiendo a los actores digitales suficiente espacio de experimentación antes de ejercer la lógica regulación oficial, sino que además se está convirtiendo en un colaborador activo.
Sistemas altamente integrados
Algunos ejemplos que ilustran todo esto. Los ecosistemas digitales de las empresas chinas online están altamente integrados. A diferencia de los compradores de otros lugares, los consumidores chinos raramente visitan las webs de las compañías o de las marcas, descubren sus productos y cubren sus necesidades a través de mercados en línea como Taobao o de apps de entretenimiento como Iqiyi o WeChat, la plataforma social más popular en China. Las apps han evolucionado hacia super apps todo en uno y las plataformas de venta en línea ahora también ofrecen red social y entretenimiento. WeChat, por ejemplo, parte de haber sido una red social y ahora integra también compra y venta de productos. Desde este tipo de plataformas o super apps se puede ya enviar dinero, encargar comida, llamar a un taxi, pagar facturas o consultar a un médico, por poner algunos ejemplos. En Europa, eso se haría con diferentes apps.
Alibaba y Amazon pueden parecer modelos de negocio cercanos a simple vista -ambas ofrecen amplios mercados en línea y se abren cada vez a más sectores-, pero en realidad su forma de trabajar es muy diferente. Amazon ofrece casi de todo y en la mayor parte de los casos lo suele tener en sus almacenes para servirlo lo más rápido posible con márgenes muy estrechos, en cambio Alibaba no tiene mercancías en almacenes, no tiene stock, simplemente ofrece una infraestructura en la red que, entre otras cosas, conecta compradores y vendedores de forma eficiente, (con el ahorro de costes de almacenaje que eso supone). En ese ecosistema, las marcas tienen su propia relación con sus consumidores y crean sus propias experiencias de compra para ellos a través de videos, juegos, shows en streaming, eventos con celebridades o comunidades sociales. Los consumidores van a estos sitios para conocer tendencias y para comprar al mismo tiempo. Alguna compañía occidental ya opera en este ecosistema: Unilever vio como el consumidor de sus espacios virtuales aumentaba así su presencia en su tienda virtual un 26%.
Por supuesto, al igual que las occidentales, este tipo de compañías recopilan y explotan al máximo los datos que recogen, pero la diferencia es la escala de sus vastísimos ecosistemas, lo que se traduce en superiores poderes de investigación y de innovación, al menos en teoría. Una de las tecnologías que se están volviendo muy populares en China es la del reconocimiento de voz, debido sobre todo a la relativamente mayor complejidad de escribir el chino en un teclado respecto a una lengua occidental. Enrique Dans, uno de los consultores tecnológicos y empresariales más populares y reputados en España, explicaba recientemente como la compañía iFlyTek dedicada al machine learning aplicado al reconocimiento de voz y textos ha alcanzado recientemente los 500 millones de usuarios. La importancia de esa cifra es que “tus algoritmos cuentan con muchísimo más material sobre el que trabajar, con el que entrenarse, y los resultados y la calidad del producto puede mejorar de forma mucho más rápida”.
Entre los mayores inversores digitales
Pero es que además, en China la inversión de capital en los diferentes sectores tecnológicos se ha multiplicado exponencialmente, de tal forma que hoy está entre los tres primeros países del mundo en inversión de capital riesgo en los sectores de realidad virtual, conducción autónoma, wearables, tecnología de la educación, robots y drones (¡por delante de Japón!), impresión en 3D, big data, inteligencia artifical y machine learning, y en fintech (líderes). Se dice pronto.
La variación ha sido bastante rápida, cuestión de diez años tal vez. Explica Enrique Dans que desde hace unos años y cada cierto tiempo participa en un evento ante jóvenes emprendedores chinos. Hace algunos años, dice, “ese evento consistía, básicamente, en que unos cuantos profesores explicásemos a aquellos emprendedores chinos ‘como de moderno’ era el mundo occidental. Ahora, francamente… no tengo claro qué contarles”. Pues eso, que China va abriendo el camino, al menos una parte.
Fuentes:
What China reveals about the future of shoping, informe de The Boston Consulting Group
China’s digital economy: a leading global force, informe del McKinsey Global Institute
La ventaja de los grandes números, entrada en el blog de Enrique Dans